No hay nada más importante para unos padres que sus hijos; por eso, cuando las familias de Valdemoro deciden matricular a sus
hij@s en nuestro centro, el profesorado del Matías Bravo se siente muy orgulloso de saber que es depositario de gran confianza y, al tiempo, responsabilizado por la inmensa tarea que supone educar y enseñar.
Lo que supone el Matías Bravo para nuestro alumnado es un ejemplo de lo que implica para la sociedad la escuela pública, la que es de
tod@s y para
tod@s. Por eso, nos vemos en la obligación de defenderla.
Desde que hace siete cursos nuestro IES empezó a andar ha ido creciendo paulatinamente y se han tenido que habilitar espacios para hacer aulas. Un ejemplo son algunos cuartos de baño. Muestra de esos cambios son los muchos sanitarios que hemos tenido que almacenar y que en estos tiempos que corren han recibido un uso desgraciadamente inesperado.
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Más alumnos por clases |
Los recortes en la educación pública puestos en marcha por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid afectan a miles de profesores (en nuestro centro hemos pasado a tener doce menos) pero especialmente a la calidad de la enseñanza que recibe nuestro alumnado: desaparición de grupos flexibles y desdobles de asignaturas instrumentales e inglés, aumento de
alumn@s por aula, utilización de profesorado para materias que no son de su especialidad, menor tiempo para los docentes para preparar clases y actividades,... además estas medidas se unen a otras que atacan directamente al bolsillo de las familias que se deciden por la pública: descenso de becas o trato desigual con respecto a quienes prefieren que sus hijos vayan a la enseñanza privada (con o sin concierto). De tal forma una familia que puede pagar una alta mensualidad en un colegio privado recibe más apoyo del gobierno regional que otra que apuesta por la enseñanza de
tod@s. Se apoya a las familias adineradas y se manda al paro a miles de interinos.
Muy buena la instalación. Tal vez haya llegado el momento de hacer campañas informativas efímeras para que no les de tiempo a obligarnos a desmontarlas.
ResponderEliminar¡Cómo molaba! ¡Qué pena tener que desinstalarla! ¡A seguir luchando!
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